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Candela, Coahuila: Pueblo Mágico


Candela, lugar de descanso y recreación acuática en medio del desértico clima del estado de Coahuila; que por sus antecedentes históricos coloniales y revolucionarios lo han hecho merecedor de la denominación de Pueblo Mágico desde 2015, además de su innegable belleza natural y su activa vida cultural.

Es el punto de entrada a la zona de mayor interés en el centro de Coahuila, conocida como Ruta del Desierto integrada por los municipios de Monclova, Frontera, Nadadores, San Buenaventura y Cuatrociénegas.

Este Pueblo Mágico es un ícono de la historia virreinal y de la Revolución del noroeste de México.

Su ubicación estratégica lo convirtió en uno de los puntos más socorridos en la campaña del general Venustiano Carranza durante la Revolución Mexicana, al punto que llegó a constituirse en un fuerte que le brindaba su apoyo incondicional al caudillo.

De hecho, fue el propio Carranza quien ordenó la construcción de la estación de ferrocarriles que aún se mantiene en pie, cerca de los límites con Nuevo León, y que da la impresión de ser una fortaleza medieval.

Más allá de estos acontecimientos, Candela remonta su historia a finales del siglo XVII, cuando un pequeño grupo de españoles acompañado por indios tlaxcaltecas y liderado por Alonso de León, gobernador de Coahuila y Nuevo León, llegó a un vasto territorio habitado esporádicamente por chichimecas, y fundó la primera misión llamada San Bernardino de La Candela.

Sin embargo, las duras condiciones climáticas y la resistencia de los pueblos seminómadas llevaron a los primeros habitantes de Candela a desistir de su empeño y el territorio fue abandonado en 1695; y volvió a ser habitado hasta 1774, cuando el gobernador Jacobo Ogarte ordenó el repoblamiento del lugar por un grupo de cuarenta y cuatro familias españolas.

A partir de entonces, Candela fue constituyéndose en un bello pueblo con sus casas de arquitectura vernácula, muy características del noreste del país, con puertas y ventanas pequeñas y fogones externos para combatir el calor, patios centrales con un pozo en medio, enormes cocinas, corrales y graneros. Después de más de dos siglos de historia, se ha convertido en un sitio sumamente atractivo para el turismo nacional y extranjero.

Gracias al pasado colonial tardío de Candela, su plaza principal está rodeada por soberbias casas llenas de ornamentos, que se van volviendo más sencillas, aunque no menos hermosas, conforme se avanza por las calles aledañas de Hidalgo, Venustiano Carranza y Simón Bolívar.

La típica plaza Benito Juárez, con su kiosko, árboles y bancas, es un apacible sitio donde propios y extraños se reúnen por las calurosas tardes a conversar y contemplar el bello paisaje arquitectónico, coronado por la Parroquia de San Carlos Borromeo, quien apoyó notablemente las reformas católicas en la Europa del siglo XVI, aquellas que posteriormente se aplicaron en las colonias españolas.

La fachada de la iglesia de Candela, aunque sencilla, alberga en su interior una historia que se remonta a 1694, cuando fray Francisco Peñasco fundó la misión de San Bernardino de La Candela.

Al cabo de casi un siglo, los jesuitas fueron expulsados de la región, pero las iglesias levantadas por su orden permanecieron a cargo de las autoridades católicas, quienes dedicaron el templo principal de Candela a San Carlos, por lo que cada 4 de noviembre hay concurso de belleza, danzas, cabalgata, música, juegos, rodeos, comida y actividades culturales para celebrar el aniversario de la parroquia, cuya torre es uno de los íconos del pueblo, junto al Pico Candela.

Otros puntos altos de este Pueblo Mágico son el Cerro del Águila y El Frentón, un muro natural donde además de observar el magnífico paisaje se pueden practicar deportes de aventura como rappel y ciclismo de montaña. En los sinuosos senderos de Candela se realiza cada mayo, en el último fin de semana, el Biker Fest, que reúne a motociclistas de los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Texas para recorrer el pueblo, desde la presidencia municipal hasta Valladares, pasando por Las Lajas. Al terminar el recorrido, se ofrece una comida en honor de los participantes y se realizan diversas actividades como un baile, presentaciones de ballets folclóricos, música, eventos para niños y una misa.

En la cima de la Mesa de Cartujanos, a más de 800 metros de altura, existe una sorprendente construcción que ha sobrevivido los embates del tiempo: la Hacienda Vidaurri, que alberga en su capilla los restos de José Santiago Vidaurri Valdez, militar y político mexicano que en el siglo XIX expulsó a la etnia catujana de la meseta y edificó su propiedad en medio del impresionante terreno de más de 300 kilómetros cuadrados, al que solo puede subirse en burro o en todoterreno por un escarpado camino, y en el que pueden admirarse además un torreón, pinturas rupestres, cañones, cuevas con marcas de balas en sus paredes y un impresionante paisaje. Por ser propiedad privada, se requiere un permiso especial para visitarla.

Candela tiene también en su territorio grutas y cuevas sumamente interesantes; las más conocidas son las del arroyo El Chapote, apto para practicar kayakismo, y que conduce a las cavernas del Carrizal, hogar de miles de murciélagos inundado por ríos subterráneos de agua fría y caliente que le dan una vista muy atractiva; aunque se ha querido adaptar para el turismo, existe cierto riesgo de respirar histoplasma por la presencia de guano, por lo que se deben tomar las debidas precauciones de protección, así como equipamiento que incluya lámpara, cuerdas y zapatos antiderrapantes.

Otro impresionante lugar es la Cueva y el Mirador de los Murciélagos, donde además de escalada y senderismo, se puede contemplar la salida de casi tres millones de murciélagos cuando llega el ocaso, que salen a buscar comida durante la noche para volver a descansar al amanecer.

Es cierto que Candela posee un gran atractivo histórico y arquitectónico; no obstante, el mayor punto de interés en este pueblo se encuentra en el Corredor Turístico del Río Candela, afluente del río Bravo con caudalosas aguas transparentes durante casi todo el año.

En su paso por los estados de Coahuila y Nuevo León, ofrece a los turistas cómodos lugares de descanso veraniego, así como extensos parajes para caminar, nadar en pozas naturales y sacar magníficas fotografías.

El primero de ellos es el balneario Ojo Caliente, con sus aguas termales perfectas para la relajación y el descanso, además de sus propiedades minerales curativas, la posibilidad de realizar actividades como kayakismo y acampada, y un entorno lleno de frondosa vegetación.

En Los Carricitos, las bellas zonas boscosas que rodean a sus manantiales reciben a los turistas que además de nadar en sus albercas comunes o pozas naturales, o pasar un día de campo en sus palapas y asadores, buscan realizar actividades como campismo, senderismo, o caza de borregos y venados.

En uno de los puntos más bajos de la cuenca del río se encuentra Las Lajitas, donde el calor sofocante del desierto encuentra alivio en sus refrescantes albercas y la sombra de altos árboles que cobijan espacios aptos para acampar y zonas de descanso, perfectas para disfrutar en familia.

Por último, la Presa de Las Higueras es considerada un santuario natural por su exuberante vegetación y sus aguas cristalinas que son aprovechadas como un balneario natural. Sus visitantes pueden dar largas caminatas por los alrededores, pasear a caballo o en cuatrimoto y obtener hermosas fotografías del paisaje.

El poblado de Candela es también un referente cultural en el norte del país por sus rodeos texanos, de los que es considerado la capital nacional. A lo largo del año se realizan cerca de veinte eventos de monta de toros de reparo, en los que los candelenses demuestran su destreza al mantenerse el mayor tiempo posible en el lomo de los imponentes animales.

La Semana Santa y la Fiesta del Santo Cristo son ocasiones que congregan a la mayoría del pueblo para ser partícipes de este tradicional deporte extremo.

También en las principales celebraciones de la ciudad se realizan cabalgatas, en las que participan jinetes y caballos de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas e incluso Texas, y los jinetes recorren las calles y parajes naturales de Candela acompañados de habitantes, turistas, música y danza.

Qué comer en Candela Pueblo Mágico

Gracias a la presencia de un caudaloso río en medio del desierto, la gastronomía candelense es una mezcla ecléctica de sabores norteños con otros más frescos y exóticos, por lo que se pueden disfrutar de platillos muy variados como cabrito al pastor, rata silvestre en caldo, chicharrón de víbora, caldo de tortuga y menudo, y otros más tradicionales como cortadillo, queso con carne y asado de puerco, además de los sabrosos quesos de cabra, dulces típicos y panes de dulce.

Además de productos gastronómicos como los dulces típicos y panes como los marranitos, baberos, crestas de gallo y los hechos de maíz, los artesanos de Candela elaboran tejidos y bordados en diversas fibras naturales, como la palma, con la que tejen sillas, fabrican muebles rústicos y hacen llamativos objetos decorativos.

Ubicación: Candela está en el centro del estado de Coahuila. La ciudad más cercana es Monclova, que se localiza a 96 km., aproximadamente una hora y 15 minutos; dos horas de Monterrey y Nuevo Laredo; dos horas 45 minutos de Saltillo; y tres horas y media de Piedras Negras.

Ve a la cueva de los murciélagos, ¡la mejor hora para ir es al atardecer! (Foto: Shutterstock)

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