Batopilas, Chihuahua: Pueblo Mágico

Batopilas, Chihuahua, se incorporó al programa de Pueblos Mágicos en el año 2012. Vivió grandes épocas de abundancia, se encuentra rodeado de ríos, cañadas y un bosque frondoso de coníferas que le impregnan una atmósfera enigmática.

El poblado de Batopilas se localiza en el estado mexicano de Chihuahua, en lo profundo de una de las barrancas más hondas de la Sierra Madre Occidental.

Batopilas, en la lengua raramurí quiere decir ” Río encajonado”, es un pueblo mágico sumergido en el corazón de las Barrancas de Cobre, este poblado atrae por su pasado.

Batopilas fue fundado en 1708, por el explorador español José de la Cruz, quien encontró en el lugar ricos yacimientos mineros.

Fue tal magnitud la bonanza de Batopilas que se convirtió en la segunda población en el país en contar con electricidad, después de la Ciudad de México.

En su época de esplendor, Batopilas fue famoso en todo el mundo gracias a la riqueza que salía de sus minas, llegando a tener hasta 50 mil pobladores.

Actualmente cuenta con poco más de mil habitantes y las reminiscencias de su fastuoso pasado en forma de casonas y haciendas de gran valor arquitectónico, que datan de los siglos XVIII y XIX.

Si das un paseo por sus calles y la plaza, contemplarás sus casonas antiguas de la época porfiriana: la Casa Barffuson o Casa Bigleer, el Templo de la Virgen del Carmen, el cual fue construido en el siglo XVII.

La casa Barffuson, una construcción porfiriana que aún conserva su mobiliario original.

En la Hacienda San Miguel se presume vivió Alexander Robert Shepherd, conocido como el Magnate de la Plata, un estadounidense que ayudó a la construcción de escuelas y hospitales, además de ser el dueño de la mina más importante de la época.

Batopilas se encuentra localizado a 130 kilómetros de Creel a través de la carretera que lleva a Guachochi o a seis horas de Chihuahua por la ruta a Nonoava.

La comida tradicional de este pueblo minero, es el caldo de papa con queso, chile con queso y los dulces de nuez, obviamente no puedes perderte las bebidas típicas: sotol, lechugilla y el riquísimo tesgüino, bebida sagrada para los Raramurís.