La Casita de San Ángel, IAP: proyecto productivo de inclusión socio-laboral.

La Casita de San Ángel, IAP promueve la inclusión laboral para que las personas con discapacidad intelectual tengan un trabajo digno y remunerado, debido a la contingencia sanitaria del COVID-19 está cerrada por lo que muchas personas se han quedado sin ingresos.

Les pedimos su ayuda para continuar, su aportación suma. Únete y pon tu granito de arena para salvar este excelente proyecto.

Nuestra labor consiste en garantizar que las personas con Discapacidad Intelectual (PcDI) puedan disfrutar de una vida adulta con todo lo que ésta implica: calidad de vida, desarrollo personal y profesional; autonomía, independencia y autosuficiencia; así como la satisfacción de contar con un trabajo digno y que les es remunerado. Además, queremos generar en nuestra sociedad conciencia sobre las habilidades y destrezas de estas personas para lograr una integración socio-laboral basada en competencias; fomentando una cultura de derechos humanos e igualdad de oportunidades.

Con base en un plan de vida personalizado, nuestro modelo de dos programas (capacitación e inclusión laboral) y un eje de calidad de vida, logramos impulsar exitosamente el desarrollo de habilidades y destrezas necesarias para una integración socio-laboral de las PcDi. Además, intervenimos también en empresas para que desarrollen programas efectivos de inclusión laboral y así, garantizamos que nuestros egresados cuenten con oportunidades reales de inclusión socio-laboral.

Somos La Casita de San Ángel, IAP una institución de asistencia privada con más de 30 años de experiencia en nuestro país como centro de capacitación e inclusión socio-laboral para personas adultas con discapacidad intelectual y/o daño neurológico leve o moderado.

Ante el desfavorable panorama que enfrentan las PcD en nuestro país, La Casita de San Ángel, IAP, se fundó hace 35 años con la meta de lograr que jóvenes adultos con discapacidad intelectual encuentren un lugar donde logren desarrollarse personal, social y profesionalmente, sintiéndose útiles, dándole sentido a su vida adulta y experimentando la satisfacción que da el trabajo digno, la autonomía y la autosuficiencia económica.

Hoy, nuestra propuesta ha transitado por distintos procesos de madurez institucional que nos llevan hoy a la meta de capacitar de manera integral a jóvenes y adultos con discapacidad intelectual y/o daño neurológico en el contexto socio laboral, con la finalidad de lograr su inclusión en empresas formales logrando un trato digno y equitativo.

La Casita de San Ángel, IAP impulsa dentro y fuera de la organización, el cambio de paradigma sobre el abordaje de la discapacidad, donde la propuesta es que deje de realizarse desde la perspectiva de las deficiencias, sobreponiendo a éstas la valoración de las competencias.

Una cultura de derechos humanos, dignidad e igualdad de oportunidades distingue el trabajo de La Casita, la cual trabaja con base en las siguientes líneas:

Visión del ser humano

De acuerdo con Naciones Unidas, la discapacidad es una condición de vida, que puede ser limitada por la capacidad de realizar una o más actividades de la vida diaria y que puede ser agravada por las barreras del entorno.

Independientemente del tipo de discapacidad con el que viva alguna persona, el término correcto para referirse a ella siempre será Persona con Discapacidad (PcD), término propuesto y avalado por la Organización de las Naciones Unidas.

Las PcDi, por su parte, se caracterizan por presentar limitaciones en el razonamiento, solución de problemas, pensamiento abstracto, comprensión de ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia. Esta discapacidad restringe muchas veces la participación comunitaria y la relación con las condiciones de los diferentes contextos en que se aparece antes de los 18 años y su diagnóstico, pronóstico e intervención son diferentes a los que se realizan para la discapacidad psicosocial.

Cultura de derechos humanos

El trabajo de La Casita se apega a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual promueve, protege y asegura el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promueve el respeto de su dignidad inherente.

De acuerdo con la Convención, las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Nuestro equipo se conforma por personal calificado y profesional comprometidos con la causa de garantizar a PcDi las herramientas necesarias para acceder a una vida independiente y digna. La Casita de San Ángel, IAP cuenta actualmente con una planta de 16 colaboradores, de los cuales, 6 son ex beneficiarios de la institución que hoy trabajan formalmente para la organización; lo cual la convierte a su vez en empresa incluyente.

El actual inmueble es un espacio que cuenta con 336 metros donde se encuentra la tienda abierta al público en donde La Casita comercializa sus productos, en el mismo espacio opera el taller productivo, también cuenta con un salón de usos múltiples, bodegas, sala de juntas, área de oficinas, área de comedor y bodegas.

La Casita de San Ángel, IAP ha sido considerada por la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal, así como por otras instituciones, ejemplo de modelo de atención. Este sólido trabajo nos ha llevado a conseguir reconocimientos como: Institucionalidad y Transparencia otorgado por Centro Mexicano para la Filantropía A.C. (Cemefi), Reconocimiento de Fortaleza de Fundación Merced, Reconocimiento Empresa Incluyente STPS y en el 2018 la Casita de San Ángel, IAP recibió el Premio Nacional Monte de Piedad en el rubro de Orientación al Desarrollo.