COVID-19: guerra biológica a gran escala.
El coronavirus COVID-19 tiene en jaque al mundo entero a tres meses de haber surgido, ha matado a miles de personas y ha cambiado la vida de millones. Donde empezó este virus, ya no hay casos registrados. Agarró desprevenido al mundo entero y se prevé un desastre económico mundial de grandes proporciones.
Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) esta pandemia se va a parecer mucho a una economía de guerra y va a aumentar la pobreza y el desempleo sobre todo en América Latina. Tal pareciera que estamos viviendo una película de ciencia ficción y que todo esto fue provocado por alguien.
El nuevo coronavirus COVID-19 surgió en diciembre en la ciudad de Wuhan en China, el país más afectado hasta ahora.
En China hubo 3,177 muertos, no tomaron medidas a tiempo, no le creyeron al médico que lo descubrió y el virus se propagó rápidamente.
En Europa los países más afectados son Italia y España en donde el virus ha provocado una crisis en su sistema de salud, con hospitales colapsados, en donde los médicos tienen que decidir quien vive y quien muere.
Hoy 28 de marzo de 2020, México tiene 848 casos positivos y 2623 sospechosos. Según datos de la Universidad Johns Hopkins, la cifra de contagios a nivel global hasta este sábado ha llegado a los 652 mil 79, cobrando más de 30,780 vidas.
Italia ya rebasó las 10 mil muertes y en España ya hay más de 70 mil infectados y 5,690 muertos; en Francia 2,315 y en el Reino Unido mil.
Estados Unidos, Italia y China continúan como los tres países con más casos confirmados de coronavirus. No obstante, sus casos no son comparables. Mientras que Estados Unidos ya tiene 116,505 contagios, la curva de evolución de la pandemia en el país continúa subiendo de forma exponencial.
En Irán, uno de los países más golpeados, no han encontrado la manera de reducir el número de contagios en donde se reportan más de 2,517 muertos.
El temor de que los sistemas sanitarios se colapsen alrededor del mundo, desde los más precarios hasta los más avanzados, ha llevado a los diferentes gobiernos a tomar acciones inéditas: defender la salud pública por encima de la economía y a costa de esta.
En el continente americano varios mandatarios han minimizado el brote como es el caso de Trump y López Obrador mientras que en otros países como la India que tiene 1,300 millones de habitantes se decretó el cierre total de actividades, nadie puede salir de sus casas y hasta el día de hoy tienen 24 muertes registradas.
En México el día de hoy la Secretaría de Salud llamó a quedarse en casa de forma masiva por un mes, luego de que el crecimiento de casos por coronavirus aumentará de manera exponencial desde el 23 de marzo.
El primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, informó hoy que partir del 30 de marzo se suspenderán el acceso de todos los cruces fronterizos, incluida la frontera con Bielorrusia, por lo que no podrán ingresar automóviles, ferrocarriles, ni peatones para evitar contagios de COVID-19.
El coronavirus fue declarado a principios de marzo por la Organización Mundial de la salud como una pandemia, una enfermedad que se extiende a muchos países y algunos gobiernos no han reaccionado y siguen sin reaccionar.
En Corea del Sur lograron aplanar la curva de contacto que es lo que buscan todos los países, de reportar casi mil contagios diarios, los lograron bajar a la mitad en cosa de días aplicando miles de pruebas, detectando a los enfermos, aislándolos y rastreando los movimientos de cada paciente, sus principales contactos, usando registros del GPS de su celular y además de una intensa campaña de alerta a la población.
En cuestión económica se avecina una recesión a nivel global que hará que el PIB de la mayoría de los países decrezca, que el desempleo aumente y que millones de personas se sumen a los índices de pobreza.
Según la CEPAL la crisis será tan profunda que nos obligará a repensar sobre la globalización y las nuevas medidas del sistema económico. Según los especialistas el PIB de América Latina caerá un 1.8%. Nos enfrentaremos a sistemas de salud fragmentados y con una gran brecha para su acceso. Lo cual impactará fuertemente a las familias más pobres, ya que con esta caída del PIB y el aumento del desempleo, el número de personas que viven en pobreza se incrementará de 185.9 millones a 219.1 millones. Y en pobreza extrema, aumentarán de 67.5 millones a 90.7 millones.
Aunque se saben muchas cosas sobre este nuevo virus, no hay certezas.
No todas las víctimas mortales son adultos mayores.
Ha habido muertos muy jóvenes y no todos tienen una condición preexistente.
No todos los niños y los jóvenes son asintomáticos.
No está confirmado que si te da COVID-19 ya no te vuelve a dar.
El COVID-19 es una enfermedad leve que pasa asintomática en el 85% de los afectados.
Miles de personas ya la habrán pasado y ni se han enterado, quizá un día tuvieron dolor de cabeza o poca temperatura y se les pasó.
Solamente un 10% presenta síntomas claros y un 5% situaciones graves. De estos, el pequeño porcentaje que fallece lo hace con coronavirus, no por coronavirus. Es decir, que el virus actúa como agravante de patologías respiratorias ya existentes. Una persona sana no presentará más que fiebre y fatiga, a veces ni eso.
El COVID-19 solo es especial porque es un virus nuevo para el que nadie tiene memoria inmunológica, y eso expone de golpe a toda la población vulnerable, principalmente la población mayor con múltiples patologías.
El confinamiento se justifica para evitar la saturación de los hospitales, debemos proteger a la población de riesgo, y en ese sentido apoyamos las medidas del Gobierno.
El virus reconoce una proteína que está en las células envejecidas o dañadas de los pulmones, por lo cual casi no afecta a los niños.
Los niños no presentan síntomas, aunque sí pueden transmitir la enfermedad.
Muchas personas sanas no se enteran y se pasan unos días con fiebre y malestar general sin alcanzar un cuadro grave.
El COVID-19 afecta en los casos más graves igual que una neumonía bipulmonar, daña los dos pulmones a la vez, y esa proteína que es la que reconoce el virus en células dañadas de los pulmones también puede ser reconocida en el hígado e intestino delgado.
Las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o diabetes tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave.
Las personas sanas o que ya lo superaron pueden tener depósitos del virus en esos órganos, y cuando están bajos de defensas pueden ser transmisores de la enfermedad, por eso debemos extremar las precauciones.
Lavarse las manos a fondo y con frecuencia con agua y jabón y usar un desinfectante a base de alcohol, es una forma de matar a los virus que pueda haber en las manos.
Mantener una distancia mínima de un metro con cualquier persona para evitar la transmisión.
Ha que evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca. Las manos tocan muchas superficies y pueden recoger virus. Una vez contaminadas, las manos pueden transferir el virus a los ojos, la nariz o la boca. Desde allí, el virus puede entrar al cuerpo y causar la enfermedad.
Los antibióticos no son eficaces contra los virus, solo contra las infecciones bacterianas. El COVID-19 está causado por un virus. No se deben usar antibióticos como medio de prevención o tratamiento del COVID-19.
Hay que evitar la aspirina, Diclofenaco, Ibuprofeno y Naproxen porque agravan la enfermedad.
Tomar solamente Paracetamol en caso de sospecha.
Evitar automedicación.
Un síntoma del COVID-19 es la pérdida del olfato.
Si no se puede sostener la respiración por más de 30 segundos puede ser que el COVID-19 esté en proceso.
La OMS está estudiando las investigaciones en curso sobre las formas de propagación del COVID-19 y seguirá informando sobre los resultados actualizados.
En la última semana se han registraron muchos fallecimientos a causa de neumonía en varios estados de la República, en Toluca, una tercera parte del promedio mensual de defunciones en la capital del Estado de México, que ronda las 200, por distintas causas, en Colima y Nuevo León también han habido varios casos iguales.
Los síntomas más comunes del COVID-19 son:
Fiebre, cansancio y tos seca.
Algunos pacientes pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual.
Algunas personas se infectan, pero no desarrollan ningún síntoma y no se sienten mal. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial.
Alrededor de una de cada seis personas que contraen el COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar.
Las personas que tengan fiebre, tos y dificultad para respirar deben buscar atención médica.